Tras aterrizar en Singapur, nunca nos podríamos haber imaginado cómo ibamos a alucinar con esta ciudad. Después de esperar un par de horas a que llegara el vuelo de Jesús, ya comenzamos a darnos cuenta de lo grandioso de esta ciudad simplemente paseando por su aeropuerto.
Singapur es uno de los países más prosperos de Asia y más ricos del mundo. Es conocido por su puerto, sus enormes rascacielos (entre ellos el Marina Bay), la diversidad de sus barrios y de sus residentes, sus grandes centros comerciales climatizados hasta rozar la congelación, sus inmensos parques; así como por su Circuito de Formula 1 y el Master Femenino de Tenis.
Nosotros teníamos algo más de dos días para intentar conocer su fachada y poder acercarnos a sus entrañas. El cambio fue radical. De la más salvaje jungla, al pulcro orden de una de las ciudades más cuidadas y restrictivas que hemos conocido (tiene millones de prohibiciones, algunas tan absurdas como no comer Durians en el metro o no tomar chicle).
Llegados del aeropuerto y ya siendo tarde, la primera noche no nos dio para mucho. Callejeamos por los alrededores del albergue y descubrimos el desorbitado precio de su cerveza. Una y no más, al menos en los pubs.
A la mañana siguiente nos encaminamos a conocer algo más la ciudad. Nuestra ruta: conocer los variados barrios que la conforman. Little India, te acerca por un momento a las calles de Nueva Delhi con su gente, su olor a curry e incienso, sus templos y su colorido. El barrio colonial, es donde se encuentrasn los imponentes vestigios del imperio britanico y la mayor parte de sus museos. La pequena Chinatown repleta de pequeñas tiendas, mercados y bullicio. Bugis, repleto de centros comerciales y los bares más de moda de la ciudad, también presentes ennlos Quays o muelles de la ciudad. Por último, el distrito financiero, repleto de ejecutivos con lujosos coches y vestimentas y donde casi nos probocamos una buena cervicalgia de tanto mirar hacia sus gigantes rascacielos.
Es dificil explicar la inmensidad de esta ciudad-pais, es enorme. Aún así no resulta asfixiante como sucede con otras. Una ciudad en la que, pese a sus precios, podría ser fácil vivir. Muy occidentalizada para la localización que tiene, pero conservando aún parte de sus raíces en cada esquina. Este año celebran el 50 Aniversario de su Independencia.
Ahí van unas fotos del Barrio Indio y su Templo de Sri Veeramakaliamman, el Fort Canning Park, los Quay, del Parque Merilon y su estatua del pez-león, emblema de la ciudad (las mil fotos del gran Marina Bay en el siguiente post), su distrito financiero, Chinatown y su Templo del Diente de Buda, una buena cena y para rematar: ¡sorpresa en el hotel!
Q guapo chicos!!! Ya veo k os adaptáis bien al medio cuidaros pasarlo bien
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