domingo, 17 de enero de 2016

Tailandia con "T" de todo

Una, dos, tres, cuatro, cinco... Al fín pude ponerme. Las 5 anteriores veces fue imposible, y es que tratándose de Tailandia aún no sé por dónde empezar.
Así que empezaremos al azar, el mismo que nos llevó a Phuket por ser el vuelo más barato. Gran reencuentro con el Sol y las playas más azules, entre todos esos "guiris", en la isla del pecado. Fuera azar o buena suerte, alli pudimos hallar, de entre todas las que usamos, la mejor habitación y la del piso más alto.
Aunque alto fue también, más que en ningún sitio en el que hayamos estado, el mirador del Baiyoke Tower II, la más alta de Bangkok. Sus no sé cuántos metros nos regalaron la imagen, casi desde el cielo, de la Capital indiscutible del Sudeste Asiático. Cuánto amor y cuánto odio ha repartido esta urbe inigualable. Sus barrios, sus templos, terrazas y neones. La calma de la noche en el Chao Phraya, ¡la fiesta de Khaosan!, o las cañas de Rambuttri; esta ciudad nunca para. O la adoras o la odias pero se te queda dentro para siempre, sin saber muy bien cómo ha pasado.
Del pasado y de la Historia, Ayutthaya es testimonio. Esas ruinas nos llevaron a las épocas de reyes. Fue bonito, aunque cansado, pasear en bicicleta bajo el Sol y entre sus templos.
Ese Sol, por las mañanas, que asomaba en la montañas. Nos siguió por cada playa y al final nos esperaba para grabar en nuestros ojos, varios días consecutivos, los atardeceres en Koh Lanta.
Y al llegar la noche, y mirar la Luna llena, se nos viene a la cabeza la imagen de una playa. Esa misma a la que fuimos a parar, y aunque fuera de "temporada", pudimos comprobar cuánta gente y cuántos bares caben en una playa, en el día y a la hora de la Full Moon Party en Koh Phangan.
Y en el día y a la hora, tras cruzar toda Tailandia, allí estábamos los dos. Para dar la bienvenida, y lanzar nuestros deseos hacia el cielo de Chiang Mai, al festival del Loy Krathong. 3 días increíbles de rituales y celebraciones, de monjes, de ofrendas, de mucha gente y farolillos voladores. En esta ciudad norteña sí que nos faltó el tiempo de verdad, todo hubiera sido poco, más aún entre elefantes caminando en libertad.
Libres para correr, nadar y escalar montañas. Las de Krabi, por supuesto, cuyas cimas se divisan en en la tierra y en el agua entre el cielo de Railay y la roca de Tonsai.
Cielo y roca, cielo y roca... ¿dónde habremos visto eso? Cielo y roca y agua y tren, el agua del Río Kwae, con su puente legendario. La roca perforada y recordada, tristemende, por la sangre derramada para unir Kanchanaburi con las puertas del Infierno.
Y si existe el Infierno, en Chiang Rai vimos un templo que parecía serlo. Blanco por completo, este templo se erigió no hace mucho en las afueras. Fue obra de un genio capaz de hacerlo él sólo y mostrarnos que, en su arte, todo arde. Que las fuentes y tejados, por más blancos que se vean, parecen estar en llamas. Un lugar impresionante.
Un lugar en las montañas, algo simple y facilito, en una sencilla palabra. Esa es "Pai" y significa: ríos, árboles y cascadas entre cañones y montes; fresas, helados y miel entre prados en el valle. Si estás buscando paz, allí puedes encontrarla entre su Naturaleza. Y por la noche una cerveza, sólo una y si se tercia.
Y si se tercia una peli propongo ver "La Playa". Y recordar con cada escena nuestros días en las islas. Y volver a transportarnos, y subirnos en la barca, rodear las Koh Phi Phi, visitar la Monkey Beach y bucear en Maya Bay.
Y hablando de buceo, no podemos olvidar la Isla Tortuga. "Koh Tao" en Tailandes, rodeada de arrecifes, es la meca submarina. Sólo unas gafas y un tubo resultaron suficiente para nadar entre colores, mucho tiempo y varias veces.
Las veces que hemos ido a comer por los mercados, las mejores fueron dos: la del tren de Mae Khlong y la de aquellas barcas de Amphawa. ¿Recuerdas ese olor a "pescaíto" caminando entre las vías esperando nuestro tren? ¿O aquel paseo entre barquillas donde pudimos probar nuestro primer menú "flotante"?
La excusa para volver tiene nombre y apellidos, que son los de esos sitios que tuvimos que saltar. Porque el tiempo y otras cosas nos obligaron a andar, nos dejaron sin Koh Lipe y Sukhotai, sin Nong Khai y Surathani, sin Mae Hong Son y muchas más.
Si es que no da tiempo ni en un año a verlo todo. Porque aquí lo tienen todo... todo, todo, todo y todo. Puedes verlo y repetir, volverá a ser algo nuevo. Y no sé por qué escribo tanto si, en resumen, quiero decir que vengas sin pensarlo. Que lo vivas, lo compartas, lo disfrutes... Que este país lo tiene todo, con "T" de TAILANDIA.



5 comentarios:

  1. Hemos publicado 2 posts seguidos porque hemos pillado algo de wifi, que ultimamente no es muy bueno y tenemos que aprovechar.

    Besos!

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  2. La verdad dan ganas d ir cuidaros jodios

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  3. no dejéis de publicar, nos encanta!!!!

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  4. Gracias chicos!!!cada día una aventura nueva y mejor!a ver si nos ponemos las pilas y nos da tregua el wifi que tenemos muchas cosas que contar!!!un besote

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  5. Con lo que escribis...por supuesto que dan ganas de ir!!

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