viernes, 1 de enero de 2016

Angkor. Sobran las palabras

Vuelta a la carretera y el destino, uno de los más deseados de todo el viaje: las ruinas de Angkor, consideradas una de las Maravillas del Mundo y, no es para menos.
Concretamente el lugar donde pasaríamos las siguientes 3 noches, y el campamento base para explorar las ruinas, era Siem Reap: el turistico y más cercano pueblo a Angkor y al lugar al que, tras pasar la noche en otro bus nocturno (el mejor por ahora), llegaríamos el día 27 de diciembre. 
Nada más aterrizar, por un dólar extra, cogimos un tuk-tuk sin destino claro. Menos mal que el conductor era bien majete y nos recomendó el "Garden Village", todo un acierto. Hostal con mucho ambiente y una gran piscina con jacuzzi y barra. Pero bueno, de esto y del pueblo ya os hablaremos en el siguiente post.

Tras haber leído mucho en foros y guías, teníamos claras varias cosas: cogeríamos la entrada de 3 días, aunque probablemente iríamos solo 2 (las hay también de 1 y de 7); iríamos a ver un amanecer y un atardecer, y nos lo montaríamos por nuestra cuenta, es decir, ni tuk-tuk ni guia. Queríamos ir a nuestro aire, y la única manera era en bici (no dejan entrar a Angkor en moto a los extranjeros). Además habíamos conseguido descargar una pequeña guía que nos podía ayudar a entender mejor el lugar. 
El problema solo surgía al pensar en si seriamos capaces de soportar los 33-34 grados de media pedaleando, pero eso ya lo veríamos al día siguiente. Primero teníamos que encontrar las bicis de montaña y descansar el resto del día para coger fuerzas. Dicho y hecho.

Y, ¿qué es eso de las ruinas de Angkor?
Hace mil años el pueblo khemer de Camboya creó un imperio que llegó a ocupar una superficie de un millón de kilómetros cuadrados. Se convirtió en la superpotencia más grande que la región ha visto jamás. Su capital era la gran ciudad de Angkor, por entonces la ciudad más grande en la Tierra. Su eje central era Angkor Wat, un vasto complejo de templos con una superficie de más de cuatro veces el tamaño de la Ciudad del Vaticano. Pero hace 600 años, sin saberse exactamente por qué, los reyes khemer abandonaron su capital y muchas de las enormes estructuras que construyeron fueron devoradas por la selva. Quiénes eran y cómo vivían las personas que una vez ocuparon los alrededores de los templos sigue siendo hoy en día un enigma. Poco se sabe sobre los reyes que crearon semejante imperio o cómo se construyeron las maravillas de Angkor Wat. La ciudad de Angkor permaneció dormida durante siglos, oculta por la jungla, hasta que en 1860 fueron descubiertas por colonos franceses.

Teníamos dos días para explorar esta maravilla. El primero, y del que vamos a hablaros hoy, haríamos el circuito corto (en torno a 30km) donde se albergan los templos más importantes. Y, el segundo, el circuito largo (unos 40-42km), donde observar templos menos conocidos pero igual de hermosos. Descartamos por falta de tiempo y ganas aquellos templos que se encuentran alejados a más de 30km.

Eran las 4 de la mañana cuando sonaba el despertador y, aunque había mucho sueño, el amanecer estaba a la vuelta de la esquina y teníamos muchas ganas de ver ese espectáculo.
Raudos fuimos a por nuestras bicis y, ¡ale a darle!. Un total de 7,5 km, con una parada obligatoria en taquilla, nos separaban del inicio de nuestra visita. No sé ni cómo llegamos porque, aunque la carretera está bien asfaltada, apenas estaba iluminada. Menos mal que entre los móviles y las fugaces luces de algún coche o moto lo conseguimos.
Nada más llegar, y aún en penumbra, corrimos a coger sitio para no perdernos detalle. Y, es que no os podéis hacer a la idea de la cantidad de gente que tenía la misma idea que nosotros.
A eso de las 5:30 poco a poco la noche fue dejando pasar al día y pudimos empezar a vislumbrar los primeros haces de luz que salían sobre el majestuoso Angkor Wat, el principal y más importante de los templos del complejo; lentamente su reflejo se hacía más evidente al natural y sobre el estanque que tiene delante. Una maravilla que hizo que se nos olvidara el madrugón.

Tras ver el alba y desayunar algo, tocaba explorar este tesoro. Se trata del edificio religioso más grande del mundo. Un templo erigido a la deidades hindúes. Los tres picos representan la triada hinduista. La torre central, a la que se llega por una empinadísima escalera, es la razón por la que no hay edificios en Siem Reap. Ninguna construcción puede ser más alta que la cúspide de Angor Wat.

Tras alucinar durante casi dos horas, tocaba continuar, rescatamos las bicis y fuimos al siguiente destino, Angkor Thom: una ciudadela amurallada rodeada por un gran canal y por unas fascinantes puertas. Dentro hay más templos, siendo el más importante Bayon, el de las mil caras. Es el segundo en importancia y el más distinto arquitectónicamente. Son decenas de torres con caras talladas en la piedra, dicen que cada rostro observa hacia alguna de las provincias del antiguo Imperio jemer. Y muy próximos a él, decenas de pequeños templos y de terrazas (como la de los elefantes o el rey leproso), que recorrimos uno a uno.

Vuelta a los pedales, nos quedaba un plato fuerte, Ta Prohm, más conocido popularmente como el templo de Tom Raider (aunque en cualquiera de ellos pareces estar en el videojuego), y creo que nuestro favorito. Esto se debe a que es uno de los pocos monumentos que todavía no ha sido "rescatado de la selva", pues fue el elegido para mostrar el estado en el que se encontraban los templos de Angkor a finales del siglo XIX, cuando fueron descubiertos.

Tras acabar la visita ya eran las 4 de la tarde, 12 horas de paliza y sin haber comido más que algún plátano. Tocaba hacer el último esfuerzo para regresar al pueblo, llenar las panzas, refrescarnos en la piscina (qué calor hace aquí) y descansar porque al día siguiente tocaba más.

Primer día superado y aún con fuerzas para enfrentarnos a un segundo día en bicicleta.


2 comentarios:

  1. Woooooo impresionante!! Lo de devorado por la naturaleza es literal!! Me encanta! Tom Raider total total vaya. Y me encanta el blog, muy buen narrado, parece que estamos viéndolo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias cuñaita!!!con lo frikis que somos no veas lo que hemos disfrutado jejeje. Que ganitas de veros!un besazo para los 3

      Eliminar