Tras varios días de descanso en la plácida Luang Prabang, tocaba empaquetar de nuevo y cambiar de destino; el elegido: Vang Vieng.
Esta pequeña ciudad, años atrás conocida por la fiesta y el desenfreno a orillas del río, Full Moon Party,s, "Tubing" y el turismo de borrachera; se ha lavado la cara ofreciendo mucho más que cachondeo (que por supuesto sigue habiendo). Este lugar situado en un valle rodeado de un impresionante paisaje kárstico y cruzado por el río Nam Song ofrece mil planes: rutas de senderismo, espeleología, vueltas en globo, baños en turquesas lagunas, paseos en kayak, en lancha o "tubing" (tirarte río abajo con un "donut")...y, por la noche, juerga en cualquiera de sus bares.
Nosotros llegamos por la tarde en una minivan junto a otros guiris y, nada más salir del automóvil, Vang Vieng y sus paisajes nos dieron la bienvenida. Bueno, la verdad que todo el paisaje que vimos durante el trayecto era una pasada.
Nos acomodamos en una pensión con muy buen ambiente donde además, nos dieron dos consumiciones para el pub que también regentaban. Estábamos en un pequeño paraíso y con copas gratis, ¡qué más podemos pedir!
Paseamos por el centro, que realmente consta de dos calles, y nos metimos en un bar a planear la jugada para el día siguiente. Había mucha tela para ver y hacer, y sólo disponíamos de un día. Al decidir que queríamos pasar el fin de año en Bangkok, teníamos que acelerar un poco para que nos diera tiempo a todo.
Pero, aunque el día siguiente iba a ser intenso, nos empapamos del ambiente festivo del viernes noche en Vang Vieng y salimos a por nuestras copas, que al final fueron más de dos... y ya podían haber sido unas Beerlaos mejor, porque menudo dolor de cabeza da el Whisky que hacen en este país.
La mañana siguiente amaneció lloviendo, pero eso no nos chafó los planes. Armados con nuestros chubasqueros nos enfrentamos a los casi 8 km que nos separaban de nuestra primera visita: la Blue Lagoon y la cueva Tham Phu Kham. Tardamos un poco más de lo que nos hubiera gustado por la lluvia y el barro que se formó en el camino, pero al llegar se nos olvidó la paliza. Una inmensa cueva que exploramos hasta donde nuestra poca experiencia nos permitió y, a sus pies, un lago de agua azul turquesa donde nos dimos un buen baño (el tiempo nos dió tregua y salió el sol) y jugamos un rato tirándonos desde un árbol.
Cuando decidimos volver, echamos a andar pero al rato preferimos coger un tuk tuk ya que habíamos perdido bastante tiempo. Paramos a un buen hombre y, tras negociar, nos subimos al transporte que por poco se queda atascado en el camino con tanto barro, como les pasó a otros.
Llegados al pueblo dejamos todas las cosas porque tocaba Tubing. Y, como ahora hacía bastante calorcito, ¿por qué no tirarnos al río cerveza en mano?, así se disfrutan más las vistas (eso sí solo una y la lata a la basura al terminar). Fue súperdivertido, y mira que a mi no me hacía mucha gracia, pero el río no iba excesivamente rápido. Salvo en algún tramo que se coge algo de velocidad, lo demás un paseito en un flotador con el sol calentándote.
Pero ahí no quedaba la cosa, todavía teníamos fuerzas para ir a conocer la más famosa de sus cuevas, la Tham Chang, a unos 2,5 km de la ciudad, así que tocaba patear otra vez y, al final del camino, una pila de escaleras para rematar. La cueva tampoco nos dejó impresionados. Nos enteramos de que a finales del siglo XIX era usada por los lugareños para esconderse de los invasores chinos. Tenía varias formaciones rocosas provocadas por el paso del tiempo y era bastante facilona de explorar. Lo que sí tenían bonitas eran las vistas del lugar, y es que no hay nada mejor que subir a las alturas y ver la inmensidad.
A la bajada, descubrimos que había un pequeño manantial del agua más transparente que hemos visto hasta ahora.
Ya sólo nos quedaba volver para el hotel y, como os imaginaréis, tan solo fuerzas para una ducha y echar algo a la boca. Sábado noche roncando a las 9:30 pero, ¡y qué día más completo!
Os dejamos unas fotos. Hubiera estado genial poder quedarnos un día más y conocer otras cuevas o hacer una ruta en kayak (aunque yo sé de uno que estará encantado de darnos unas clases cuando volvamos a España). Un abrazo.
Precioso Laos y vosotros!!!!! Besos
ResponderEliminarGracias guapa!!!os debo alguna foto de las patatas jejeje a ver si me pongo y las subo
Eliminar