miércoles, 16 de diciembre de 2015

Halong Bay. Donde cayó el dragón.

Y llegó el día. Uno de los momentos más esperados del viaje. La visita en barco a la Bahía de Halong. 

Traducido del vietnamita, Halong significa algo así como "dragón que desciende". Según cuenta la leyenda, Halong era una cordillera cercana al Mar donde, un día, un dragón se estrelló dejando tal agujero que, al llenarse de agua, formó una bahía; dejando intactas las montañas sobre las que no cayó, las cuáles se alzan directamente sobre la misma.

Hoy Halong es un pueblo pesquero venido a más (por algo de un dragón,  hemos oído), donde el trasiego turístico es constante y los lugareños se han especializado en el turisteo y en estafar más o menos lo que pueden de vez en cuando o casi siempre.
Por eso sabíamos que había que planificar muy bien el viaje e investigar a fondo. Y Marina (que es muy avispada ella), se pasó todo el día entre foros y guías de viaje hasta dar con la clave (siempre hay una clave): en cada uno de los posts, comentarios y guías se hablaba de la Bahía como punto importante del viaje, pero todas las rutas mencionaban en algún momento una palabra: Cat Ba (la isla de pescadores dentro de la bahía).

Decidimos empezar desde esta isla y así continuar en barco hasta el corazón de la Bahía. Investigando, vimos que nuestra idea no era algo nuevo ni mucho menos. Ya estaba pensado, y todo el mochilerismo clandestino estaba optando por esta ruta, así evitando todo el "coñazo" de los lugareños vendiéndote lo mismo pero a distinto precio a cada paso.

Llegados a Cat Ba, nos dimos cuenta de que esta isla ya estaba preparada (y mucho) para la alternativa que nos habíamos planteado.
Fuimos a parar a un hotel-peluquería-salón de masaje con unos dueños muy simpáticos que, además, nos arreglaron toda la excursión por un precio más que aceptable. Y aquí, el primer bombazo: nuestra habitación, que estaba en un 5° sin ascensor, tenía la mejor vista de todas en las que nos habíamos alojado hasta ahora. Una suerte.

Por supuesto nuestro hotel también era agencia de viajes y nos apañaron la excursión a las dos bahías (Ha Long y Lah Na), parada en la Monkey Island, almuerzo a bordo y 2 horas de kayak (una libre y otra guiada por las cuevas). El precio, de risa.
A la mañana siguiente nos recogió una minivan en el hotel y nos llevó al embarcadero donde Chun, nuestro guía, nos esperaba con unos cafelitos en cubierta. Nos explicó cómo iba a ser la excursión y nos pusimos en marcha.

Las primeras paradas fueron: la isla de los monos, donde subimos a un mirador, medio andando medio trepando (ya trepamos como si nada). Había monos, sí, otra vez esos pequeños cabrones que, esta vez, consiguieron atemorizar a alguno de nuestros compañeros de excursión; y una piscifactoría flotante sin gran cosa, allí recogimos los kayaks.

Empezamos por la Bahía de Lah Na, que es como la otra (Ha Long), pero menos conocida y explotada. La teníamos para nosotros sólos. Estuvimos una hora en nuestro kayak remando hacia el horizonte, rodeando los peñascos y desembarcando en sus numerosas calas sólo accesibles desde este medio de transporte.
Además de pasarlo genial con la alucinante vista, esto del tándem kayak nos sirvió para ganar en coordinación de pareja (o parejil) y para fortalecer nuestras espaldas.

Luego vino la hora de comer. Un suculento surtido de comida local nos esperaba al salir del agua, casi todo vegetariano (se les coló por ahí un pescado enorme). Todo muy rico e incluido en el precio de la excursión, cervezas aparte.

Y ya, por fin, Halong Bay. Una inmensa extensión de agua tranquila con cientos de montañas y peñascos esparcidos por todas partes. Te sientes enano, insignificante entre tanto gigante de piedra en ese mar enorme donde sólo ves agua, roca y cielo. Del dragón no se supo nada, por ahí andaría.
Por último, antes de emprender la vuelta, la otra ruta en kayak por las cuevas guiados por Chun, el cual también se lanzó a la piragua. De lo mejor de la excursión, porque pudimos adentrarnos en lagunas ocultas entre las montañas, accesibles sólo por las grutas que Chun y sus colegas conocen.

Al llegar a Cat Ba, una ducha y a cenar con nuestros nuevos colegas. Tras la buena comida en el "Buddha Belly" (BBBV: bueno, bonito, barato y vegetariano) y una agradable charla contando nuestras peripecias del día, nos fuimos a la cama con nuestra vista 5 estrellas de la bahía a descansar.
Al día siguiente, antes de partir al siguiente destino, aun tuvimos tiempo de ver las playas de la zona de Cat Ba Town. Aunque no acompañaba demasiado el tiempo, pudimos dar unos paseos por la arena y hacernos unas fotillos de despedida con la Bahía de fondo. Quizá nos faltó dar una vuelta más completa por algunos lugares de la isla (tiene un Paruqe Natural y varias cuevas) pero creo que, en general, fueron un par de días muy completos y emocionantes. ¡Les doy un 10!

Vamos con las fotos. A ver si no tardamos mucho en seleccionarlas porque tenemos muchas. Un saludito.

4 comentarios:

  1. Saludos chicos, sigo enganchada. : )
    Co

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  2. Que gran sitio!!
    Me encanta la denominacion BBBV!!jajaja.un beso!

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    1. Qué te voy a decir a ti que ya lo has visto!una maravilla.
      Y lo de la comida...qué ganas de comernos una tortilla!!!jejeje Un besazo bonita

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