Hago la mochila, la deshago, la vuelvo a hacer...uff que pereza. Menos mal que al llegar a cada destino se nos olvida.
Koh Tao era nuestra última isla antes de adentrarnos en el interior de Tailandia y creemos que fue la mejor elección para despedirnos de la playa. Una isla mundialmente conocida como una de las Mecas del buceo, donde hacer un bautismo o sacarte el Open Water, a un más que módico precio. Muchos extranjeros han cambiado sus vidas y han decidido quedarse aquí a vivir, montarse su escuela y cumplir los sueños de muchos. Como no, los españoles también lo hacen, como es el caso del dueño de Pura Vida, un centro de buceo donde sacarte el susodicho curso en español.
Entonces nos enfrentamos a un importante dilema, teníamos ganas de bucear pero no tiempo ni dinero para sacarnos el curso, así que pensamos en la opción de hacer un simple bautismo, pero todo se complicó. Miguel llevaba días con dolor de oído y resultó ser una infección, nos recomendaron que no era bueno bucear, así que optamos por nuestro querido snorkel (eso sí con unos buenos tapones y mucho cuidado), y así ver pececillos.
Se de una a la que le hubiera encantado esta isla, y que me hubiera sacado el curso de buzo, pero bueno Elena, ya lo haré en el futuro.
Koh Tao, además del mundo debajo del mar, ofrece un montón de actividades: talleres de yoga, clases de muai thai, excursiones a islas vecinas, rutas de senderismo...con la ventaja de que es una isla pequeña (la menor de las Samui) y que no es necesario, ni recomendable, alquilar una moto (te intentan sacar la pasta al devolverla con la excusa de que la has rayado cuando la moto está hecha polvo).
Tras alojarnos en la multitudinaria playa de Sairee, cerca del puerto, decidimos apuntarnos a una excursión, tras el chasco del buceo. La sacamos a muy buen precio y consistía en una travesía en un barquito junto a otras 10 personas recorriendo las calas más innacesibles de la isla y las mejores para hacer Snorkel y luego acercarnos a una cercana y preciosa Isla y Parque Natural.
Nos lo pasamos pipa. Fuimos a la Shark Bay, una bahía donde si tienes suerte puedes ver un montón de peces y pequeños tiburones (a estos últimos no los vimos y aunque teníamos ganas, no se si decir que menos mal), la Hin Wang Bay, llena de corales y pescaitos y la Mango Bay. Entre medias frutita para coger energía y una buena comida en el barco. Con las panzas llenas nos acercaron a Nang Yuang, donde tuvimos algo más de dos horas para seguir difrutando en sus aguas turquesas y explorar la isla que está compuesta por tres pequeños islotes comunicados entre sí por lenguas de arena.
Acabamos derrotados. Llegamos con la puesta de Sol y tras la ducha y posterior cena, caímos rendidos. Ya habría tiempo de ver la noche de Koh Tao.
A la mañana siguiente, nos pusimos en marcha y fuimos a conocer las playas del sur, hacia la zona conocida como Chalok. Nos dimos una buena pateada pese a que todo está "cerca", pero la caminata merece la pena cuando llegas a cualquiera de las playas y admiras su belleza. Pasamos la mañana como lagartijas y dedicamos la tarde, como no, a trepar hasta uno de los muchos miradores para ver todo desde otra perspectiva. Una ceveza con la puesta de Sol, vamos lo que se ha convertido en tradición para nosotros estas dos últimas semanas, y a descansar al bungalow.
Esa noche sí teníamos pensado salir, como no ibamos a hacerlo, era noche del Clásico en una Isla plagada de españoles, la noche prometía. Y como sabéis se dio bien, más para uno que para otros, reunidos todos en un chiringuito disfrutamos de unas cervezas y nos trasportamos por unas horas a cualquier bar de España. Tras la victoria como no, tocaba la celebración en el Lotus Café.
Última fotitos en la playa (de Tailandia al menos)...
Anda cabrones k tuvisteis doble disfrute la fiesta y q gana l barca pasarlo bien chicos
ResponderEliminarQue frío me da ver las fotos!!!! escribo debajo de mi manta jjjjj ole x ese barça Miguel!!!! Seguid gozándola!!!
ResponderEliminarGracias!!! Lo del clásico fue una buena guinda sí señor! Miguel
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