Como anunciamos anteriormente necesitábamos compartir el atardecer que vivimos hace unos días en Siquijor. Toda la gama de colores posibles en un momento, ¡increible!
Sobran las palabras, así que ahí van las fotos de aquella maravilla.
Este blog no es el primero ni el último sobre el tema, pero es el nuestro...y como queremos que todo aquel que quiera acompañarnos en nuestra aventura oriental pueda hacerlo, os dejamos aquí nuestras experiencias, impresiones e ilusiones para que o hagáis a la idea de lo que estamos viviendo...porque como alguien dijo una vez: "lo importante no son los años de tu vida sino la vida de tus años"
Como anunciamos anteriormente necesitábamos compartir el atardecer que vivimos hace unos días en Siquijor. Toda la gama de colores posibles en un momento, ¡increible!
Sobran las palabras, así que ahí van las fotos de aquella maravilla.
Ahora sí, entramos en la recta final del viaje. La última semana que nos queda aquí la dividiremos entre tres lugares: la maravillosa isla de "Siquijor", la turística "Bohol" y los días de despedida por Manila.
Para llegar a Siquijor tuvimos que echarnos las mochilas a la espalda y concienciarnos de que iba a ser largo y duro el camino. Primero un trycicle hasta el autobus, después vinieron tres horas de camino hasta "Bato" (también conocida como "San Sebastián") y, tras acercarnos al puerto otro triciclo motorizado de los que hay aquí, pillamos un ferry hasta la isla de Negros. Otro triciclo más nos llevaba a "Dumaguete", desde cuyo puerto parten los ferrys a Siquijor, después de hora y media, ¡al fín! Siquijor, la Isla Encantada.
Nada más desembarcar, la suave brisa marina que sólo tienen las islas pequeñas nos recibía y, a medida que se sucedían los acontecimientos, el buen rollo se iba apoderando de nosotros. Primero nos recibe un lugareño para alquilarnos la moto ya desde el puerto a un precio que nos costó creer, no me pide depósito de ningun tipo y nos dice que en la isla no se lleva casco. Luego vamos para "San Juan", donde está todo el alojamiento mochilero, y las dueñas de la pensión "Casa Miranda" nos reciben con todo tipo de facilidades, otra vez baratísimo y sin tener que pagar hasta el final. Todo con un buen rollo y tan sencillo y barato que, a veces, mirábamos entre los árboles buscando una cámara oculta.
Teníamos tres días para hacer muuuchas cosas, así que pillamos la moto y nos dispusimos a ver las playas más cercanas. Fuimos dirección Oeste para dar con un par de playas, de las cuáles, la segunda llamada Paliton Beach fue la mejor. Allí estuvimos un buen rato descansando del tortuoso viaje. Luego nos dirigimos alrededor de la costa hasta Siquijor pueblo, donde nos detuvimos en el bulevar del puerto y vimos su iglesia. Tras eso, nos volvimos a la pensión a ducharnos y salimos a cenar. Antes, en la terraza del alojamiento, conocimos a unas chicas de Barcelona que nos contaron un poco de qué iba la cosa en la isla y nos informaron de que había fiesta en un sitio llamado "Sylvia's".
Fuimos a cenar a un sitio cercano y luego a tomar una cerveza en el "Baha Bar", un local que se situaba enfrente y que tenía música en directo. Ahí nos dimos cuenta de que todo el mundo iba ya para la fiesta. Así que nos unimos del tirón. Estaba bien, y muy ambientado el sitio, lleno de filipinos y extranjeros bailando como locos. Nosotros preferimos tomarnos algo tranquilotes pero no duramos mucho por culpa del cansancio. Además no esperaba un día de aúpa.
A la mañana siguiente nos tomamos un buen desayuno en la pensión y salimos hacia lo desconocido. La primera parada fue el Balete Tree, un árbol centenario cuyo atractivo es que tiene un manantial en su base el cual está lleno de pececitos de esos que te muerden los pies y se comen los callos. A Marina le da una mezcla de risa y repelús cuando le mordisquean y eso fue muy gracioso para todos los allí presentes.
La segunda parada fue, en el pueblo de "Lazi", la Iglesia de San Isidro Labrador" (muy chula, por cierto) y las cascadas de "Cambugahay", donde pudimos disfrutar bañandonos en el río e incluso tirarnos desde unas improvisadas "lianas".
Luego fuimos a la "Secret Beach" o playa secreta, para nosotros más bien playa conocida porque la encontramos. Eso sí, después de adentrarnos 15 minutos en la moto por medio del bosque y bajar unas escaleras de bambú bordeando un acantilado. En vez de arena, lo que había era coral muerto que se había ido depositando a lo largo de los años. Y el agua cristalina, tanto que daba hasta miedo que nos asaltara un tiburón o algun otro bicharraco marino.
Después nos acercamos a la playa de "Salagoong", o la playa del tobogán (el cual estaba "fuera de servicio"), que estaba muy chula con trampolines y el susodicho tobogán estropeado. Lo único malo es que había más gente que en la guerra, filipinos casi todos. Pero estuvo bien, allí comimos entre otros "guiris" que, como nosotros, planificaban los próximos días por la isla.
Por último y, como nos pillaba de camino, fuimos a ver un par de miradores en las montañas cercanas, no veas que vistas. Un pasote.
Lo mejor de lo mejor de Siquijor fue la puesta de Sol más increíble que hemos visto, nosotros y todos los que estaban ahí (vamos a colgar un post después de este solo de fotos de ese atardecer, a ver si os hacéis una idea). Y luego nada más que una cenita en la calendería de al lado y a la cama.
El tercer y último día nos cundió aún más si cabe. Empezamos por las "Zodiac Falls", un río con 12 caídas de agua, una por cada signo zodiacal. La mejor era, sin duda, la de Acuario.
Después decidimos que queríamos adentrarnos en la tierra (to locos), así que fuimos en dirección al pueblo de "San Antonio", donde se encuentran las cuevas "Cantabon" Llegados al pueblo, un aire místico nos envolvió. Las iglesias y casas, invadidas por la vegetación, adquirían un aire tétrico que, porque era de día, si hubiera sido de noche seguro que nos habríamos cag... en fín que continuamos unos metros hasta la entrada de las cuevas. Allí nos informaron unas alegres funcionarias de que teníamos que hacer la visita acompañados por un par de guías locales y que los precios eran menores si hacíamos grupo. ¿Os acordáis lo que os decía de esos "guiris" que planificaban el día siguiente? Pues esos mismos, una pareja hispano-británica, aparecieron de repente en sus motos. Tras adentrarnos en la gruta y pasar un buen rato, estos simpáticos compañeros nos contaron que en "San Antonio" existía una chamana llamada Aniceta Ponce que les hizo un ritual de curación de forma casi gratuita (admite donaciones, nosotros le dimos cien pesos).
El ritual fue bastante curioso, mezclando la magia con la religión y el quiromasaje. Te ponía una especie de toga y te ahumaba mientras susurraba oraciones al oído. Después, un doloroso masaje y un aceite de fabricación propia, para acabar con una infusión. Una experiencia más que sumar a la colección.
Para terminar las visitas, nos acercamos al monte "Malabahoc", donde disfrutamos de un paseo en moto por en medio de un frondoso bosque. Sólo nos detuvimos para subir a una torre mirador para ver el bosque desde arriba.
Cuando volvimos al hotel sólo había ganas de tomar algo y charlar con la gente. Y la verdad es que fue una gran noche, conocimos a algunos españoles que también estaban viajando por varios meses e incluso nos reencontramos con alguna que ya conocíamos de sitios anteriores. Allí, tomando unos cubatas de ron local y jugando con la pequeña gatita a la que bautizamos como "Fili", estuvimos hasta tarde.
Así acabó nuestra experiencia en Siquijor, donde la magia, la belleza y el buen rollo nos invadieron a nosotros tambien.
Dejamos unas fotillos.